Influencia
de la luna sobre los seres humanos.
Desde la cultura griega, pasando por la Edad Media , hasta la
actualidad, las noches de luna llena siempre han sido vinculadas a extraños
acontecimientos nocturnos. Hoy, mientras muchos científicos intentan desterrar
este mito, otros tantos mantienen sus sospechas en torno al tema y las
sustentan con las más variadas teorías. Intentemos sacar nuestras propias
conclusiones a partir de las diferentes posturas.
Para poder
llegar a elaborar nuestras propias conclusiones, debemos comenzar
preguntándonos cuándo nace esta inquietante asociación. Te sorprenderá saber
que algunos psiquiatras sostienen que cuando esta sospecha comenzó fue real.
Si pensamos
en las culturas arcaicas y en las medievales, recordaremos que muchas personas
aún vivían a la intemperie y que la luz nocturna era provista por la luna
únicamente. Evidentemente, el incremento de luz en las noches de luna llena
generaba una diferencia lumínica importante (la cual en la actualidad es casi
imperceptible).
En aquel momento, dicho incremento de
luz repentino sería suficiente para privar del sueño a muchas personas;
particularmente a aquellas que padecían alteraciones
mentales. Hoy sabemos que los trastornos del sueño despiertan
conductas bizarras en personas con ciertos trastornos mentales, como es el caso
de los maníacos depresivos. Esto explicaría, según algunos psiquiatras, porqué
se le atribuyó a la luna sus poderes sobrenaturales inicialmente.
Científicos:
supersticiosos vs. escépticos
Las explicaciones en torno al fenómeno de la luna llena datan de la cultura griega. Fue Aristóteles quien propuso inicialmente que dichas influencias se debían al alto tenor acuoso del cerebro en relación al resto del cuerpo.
Las explicaciones en torno al fenómeno de la luna llena datan de la cultura griega. Fue Aristóteles quien propuso inicialmente que dichas influencias se debían al alto tenor acuoso del cerebro en relación al resto del cuerpo.
Hoy, dos
mil trescientos años después, son los profesionales de la salud mental quienes
están más inclinados a sostener esta sospecha. Muchos siguen la línea de
pensamiento aristotélica, proponiendo que la luna sería capaz de distorsionar
la alineación de las moléculas de agua de nuestro sistema nervioso, debido al
gran porcentaje de agua que contiene nuestro cuerpo.
Desacreditando
este supuesto, numerosos científicos anteponen algunas cuestiones básicas para
echarlo por tierra:
- Cuando el
efecto gravitacional es más fuerte es cuando la luna está en fase nueva y es
invisible para nosotros.
- Estudios
científicos sostienen que la fuerza gravitacional de la luna sólo puede
influenciar el agua de las superficies; y no aguas subterráneas, o en nuestro
caso, subcutáneas.
- En tercer
lugar, los efectos gravitacionales de la luna son mínimos como para alcanzar
cambios en la actividad cerebral.
A
continuación puntualizaremos algunos datos reales –de carácter científico- que
demostrarían la influencia de la luna sobre el comportamiento humano.
Luna iónica
Estudios relacionados a los efectos de
la ionización de la atmósfera sobre la conducta humana, confirman que cuando
hay mayor cantidad de iones positivos en el aire el cuerpo produce una cantidad
inusual de serotonina (encargada de regular los ciclos de sueño), la cual provoca la producción de adrenalina.
En consecuencia, la glándula que
segrega adrenalina se “agota” y esto deviene en todo tipo de trastornos
corporales, emocionales y relacionados al comportamiento, los cuales pueden
oscilar entre la depresión y la hiperactividad.
Volviendo
al tema, no es casualidad que durante la luna llena haya una mayor cantidad de
iones positives en la atmosfera.
Otros trastornos
hormonales relacionados al poder de la luna
La glándula
pineal es la encargada de convertir la serotonina en melatonia, en función de
la cantidad de luz recibida durante el día. La melatonina, cuya función es
propiciar el sueño a través de sus cualidades relajantes, sólo comienza a
liberarse y hacer su efecto con la oscuridad.
Si consideramos la diferencia lumínica
natural que se presenta cíclicamente al pasar de la luna nueva a la luna llena,
entonces los trastornos
hormonales mencionados
anteriormente pueden estar relacionados a este incremento.
Conclusiones
Los ciclos de sueño de los humanos son regulados por la luz que
percibimos. De hecho, el insomnio es una enfermedad común que se manifiesta
cuando alteramos nuestra rutina y se alternan dichos ciclos. Antaño, los ciclos
de sueño de los humanos estaban mucho mas asociados a los ciclos de luz de la
naturaleza y por ende es razonable pensar que la intensa luz de la luna llena
pudiera afectar a las personas con predisposición al insomnio.
Sumando a esto,
aunque hoy en día la luz de la luna es imperceptible comparada con el alumbrado
público, la noche siempre ha significado un momento que encierra cierto
misterio y durante el cual los humanos se aventuran a realizar los actos más
repudiados por la sociedad. El individuo se siente liberado de los juicios de
la sociedad cuando la misma se encuentra en sus hogares y cuando el miedo al
castigo desaparece, las conductas inhumanas pueden alcanzar límites inusitados.
Pienso que
entre las dos realidades temporales mencionadas, separadas tan sólo por el
desarrollo de la luz artificial, y unidas por el misticismo que aún hoy la
noche nos ofrece, oscila la cantidad de mito y de realidad que hay en las
noches de luna llena.
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